La fotógrafa de gastronomía Alice Santini te ofrece consejos sobre cómo tejer una narrativa en tus imágenes
«No importa de qué esté haciendo una foto, esto es muy importante para la fotografía de comida, aunque la gente no siempre lo piense: es cuestión de narrativa», declara Alice Santini, una fotógrafa comercial especializada en gastronomía.
Afincada en París, Alice se sumerge en una cultura que se toma muy en serio la comida. «No sé cómo es en otros países, pero la comida y los momentos que compartimos en torno a comida son muy importantes en Francia», señala. «Hablamos de comida todo el tiempo, incluso cuando comemos, hablamos de comida».

«Sé que a algunas personas les resulta gracioso, pero la mayoría de los franceses no entienden por qué. Creemos que es importante hablar sobre lo que vamos a comer y cuándo lo vamos a comer, y compartir los mejores lugares para comer. Nos encanta».
«Son momentos preciosos cuando nos reunimos para compartir una comida, tanto da si es con la familia, los amigos o los compañeros, es un momento que nos importa mucho. Tanto si se trata de algo sencillo en casa, una noche tranquila con vino y queso, como si nos hemos pasado seis horas cocinando, compartir una comida es muy importante, y hay muchas historias sobre eso», dice entusiasmada Alice. «Estas son las historias que quiero contar».

Creación de una narrativa
El planteamiento de Alice hacia la fotografía de alimentos gira en torno a la intención. Antes de ponerse a considerar la composición y la iluminación, su primera tarea es comprender cada faceta de la comida que está fotografiando.
«Cuando trabajo con un chef, lo más importante es el respeto que tengo por su proceso y su forma de trabajar. Quiero que esto se vea en la imagen. No es solo el entorno, son todas las personas que trabajan en la comida, creando la historia juntos, es como una conversación», sostiene. «Es necesario establecerlo porque incluso si la gente no nota cómo se viste el plato y cómo se organiza la comida, eso va a influir en la forma en que empiezan el plato y cómo prueban todos los sabores».

«Es la historia que el chef intenta contarnos», continúa Alice. «Hay una historia en el plato y en todo lo que rodea al plato. La mayoría de las veces, la gente ve la imagen y dice: “Sí, definitivamente quiero probarlo”. Pero quieren comerlo porque estamos contando la historia y asegurándonos de que la gente lo sienta cuando vean la imagen».
Por estos motivos, la colaboración es esencial para el trabajo de Alice. «Todo depende de lo que quiera el chef», explica. «A veces trabajamos en su cocina. Algunos chefs prefieren no estar allí y tener presentes a sus segundos o asistentes. Y a veces no hay chef, hay un estilista de alimentos. Siempre me adapto a las personas con las que trabajo».
«Soy respetuosa con la persona con la que colaboro, me aseguro de comprender todos los elementos y saber qué es lo que debería respetarse más en la imagen. Trabajamos juntos en detalles técnicos. ¿Este elemento está colocado correctamente? ¿Está lo suficientemente cocinado? ¿Es demasiado? ¿Empezamos de nuevo? Todo para asegurarnos de que lo que hacemos expresa mi punto de vista, pero también el de la persona que lo hizo».

Que no se te quede frío
Desde el momento en que se coloca un plato terminado, hay un período de tiempo crítico en el que aún se ve perfecto, cuando los colores y las texturas permanecen exactamente como el chef pretendía. La preparación es fundamental para que Alice logre un resultado acorde con la visión del creador.
«Normalmente tengo un doble de comidas para ver cómo quedaría en ese entorno», señala. «Puedo trabajar para dar forma a mis focos y usar espejos para ajustar con precisión los detalles de la composición. Luego usamos la comida real, bien vestida con todos los elementos más hermosos».
«A veces no hay tiempo», añade Alice. «A menudo tenemos que ser muy rápidas porque el plato sale directamente de la cocina. En ese caso, observo al chef para saber cómo va a prepararlo todo y poder anticiparme y organizar todo lo posible antes de que llegue el plato».

Para su fotografía de alimentos, Alice necesita configuraciones de cámara que crea con detalles lujosos o flexibilidad fácil. Por eso opta por cuerpos tanto del sistema GFX como de la serie X. «Me gusta el GFX en un trípode que no se va a mover, y la cámara de la serie X en la mano para encontrar otros ángulos», explica.
«Tengo la FUJIFILM GFX50R con el FUJINON GF120 mmF4 R LM OIS WR Macro. También tengo una FUJIFILM X-H1 y un FUJINON XF60 mmF2.4 R Macro», explica Alice. «También me gustan los objetivos con desplazamiento inclinable porque me permiten decidir el punto central de la foto. Puedo mostrar en qué quiero que se centre la gente: si es algo muy delicioso, una textura, el aderezo o algo más. Es una de las cosas más útiles en las que no pensamos, pero que se utiliza todo el tiempo en la fotografía de alimentos».

El tiempo con un plato puede ser fugaz y Alice está decidida a aprovecharlo al máximo en cada trabajo. «Tienes que observar todos los elementos: qué tiene que parecer fresco, qué tiene que parecer cocinado y cómo lo vas a hacer», comenta. «Me gusta trabajar con la cámara conectada al ordenador, así que puedo ver la imagen en una pantalla más grande y observar cómo se representan los colores».
«No quiero demasiada posproducción, quiero obtener la mejor imagen desde el principio. De esta manera, ahorras tiempo y consigues más potencial de edición porque ya tienes algo bueno».

Iluminación y modificadores
Donde Alice se concede a sí misma la licencia más creativa es en la iluminación, en particular, con modificadores. «Con lo que más disfruté cuando aprendí sobre fotografía es con dar forma a la luz», señala. «No importa si es luz natural, flash o LED, siempre me interesan los moldeadores y cómo los voy a usar. Cuando descubrí este aspecto, fue como un campo de posibilidades completamente nuevo para mi expresión».
«La mayoría de las veces, mezclo muchas luces diferentes. Me encanta mezclar flash y luz natural, o LED y luz natural. Incluso si el ambiente general de un restaurante es solo luz artificial, me encanta mezclar un poco de flash o algo para cambiarlo un poco. O utilizar moldeadores para adaptar el ambiente del lugar en el que estamos trabajando».

«Se trata de mirar y observar la luz que te rodea», sugiere. «Cuando empecé a fotografiar, esto fue de lo más satisfactorio. Como dibujante o pintora, no me gustaba cómo representaba la luz. Pero cuando haces fotos, gracias a las objetivos y a los parámetros de la configuración de la cámara, tienes control sobre la luz. La fotografía consiste en elegir lo que quieres mostrar».
«¿Quieres representar las cosas exactamente como se ven de forma natural, o quieres subexponerlas o sobreexponerlas un poco? ¿Qué quieres mostrar? Luego, cuando empieces a pensar así, analizarás la luz y las sombras que te rodean todo el tiempo».
Para los nuevos en el mundo de la iluminación, Alice sugiere un planteamiento consciente. En su vida diaria, le gusta observar las condiciones de iluminación naturales y dejar que la inspiren.

«¿Cómo se ve la luz de la mañana en comparación con la de la noche? ¿Cuáles son las diferencias? ¿Cómo cambian los colores?» pregunta. «Una vez que lo sabes, empiezas a contar una historia solo con iluminación. Puedes decir si se trata de un almuerzo o una cena: esa temporalidad se expresa la mayor parte del tiempo con la forma en que iluminas el plato».
«Cuando viajo, veo que la hora de la cena en Italia es así en verano, pero en invierno es diferente. Eso vuelve a cambiar en otra parte del mundo. Así es como me inspiro la mayor parte del tiempo, y luego me pongo a crear».
Sin embargo, es crucial para su dirección de iluminación, o cualquier otra elección creativa, que Alice comprenda la narrativa de su sujeto. «La iluminación es solo otra herramienta para contar tu historia», señala. «Una vez que sabes lo que quieres expresar y cómo quieres expresarlo, se vuelve natural».

Encontrar la pasión
En esencia, la fotografía de Alice consiste en ser fiel a su tema. Ya sea una ambiciosa creación de un chef gourmet o una humilde pieza de producto fresco, toda la comida tiene una historia que contar. El papel de Alice es descubrir esa historia y rendirle homenaje.
«Saber de qué estás sacando una foto y seguir interesada en el proceso», explica. «¿Cómo se cultivan las verduras? ¿Cómo se preparan las cosas y por qué? ¿Cuál es la intención del chef, qué técnicas utiliza?»

Solo sumergiéndose completamente en la cultura culinaria es como Alice puede crear la narrativa de cada plato. «No se trata solo de tener un plato bonito. Es todo el proceso, porque la cocción lleva mucho tiempo y muchos elementos. Hay una buena razón por la que la gente se levanta tan pronto para comprar la comida más fresca posible».
«De eso se trata: de hablar con las personas apasionadas por lo que están haciendo y de dejarse ayudar a comprender. Cuanto más sepas sobre lo que estás haciendo, mejor será la historia».