La fotógrafa plástica callejera Nina Papiorek comenta de qué modo la geometría de los edificios forman la base de sus fotos
“Lo que conecta todas mis fotos como un hilo conductor es un enfoque minimalista”, comienza Nina Papiorek, fotógrafa alemana cuyas imágenes combinan figuras humanas solitarias con imponentes estructuras arquitectónicas. “Me gustan las imágenes ordenadas y claras en las que mi ojo se dirige directamente al sujeto principal y no me distrae nada.
“Es una mezcla de fotografía de calles, arquitectura y paisajes urbanos. Dependiendo de mi estado de ánimo, a veces un género cobra más espacio, a veces el otro. Sin embargo, en los últimos años, me he centrado en la fotografía callejera, que en mi mundo se basa mucho en líneas y formas.
“Me gusta utilizar fondos arquitectónicos o patrones minimalistas, trabajar con líneas dominantes e integrar a personas solitarias en su entorno urbano”.

Encontrar un sentido del lugar
Tras comenzar como aficionada con un enfoque en la fotografía de viajes, Nina probó luego a intentar desvelar el arte soterrado en entornos más inmediatos. “Comencé fotografiando la cultura industrial de mi ciudad natal, una zona dominada por la minería”, recuerda.
“Gradualmente, me fueron atrayendo motivos “de mayor belleza”, antes de hacer fotografías de paisajes durante años, principalmente como exposiciones prolongadas. Esta sigue siendo una gran pasión mía hoy en día: me resulta liberador escuchar las olas que rompen en el mar durante minutos mientras capturo determinada imagen encuadrada. Y siempre fue un buen entrenamiento para practicar la paciencia”, añade.
Con el desarrollo de su propio estilo, Nina volvió a fotografiar paisajes urbanos y descubrió la importancia de comunicar un sentido del lugar al hacerlo.

“En una buena foto siempre se puede distinguir que el fotógrafo estaba ahí, no solo físicamente, sino con su espíritu y su visión, inmerso en la escena”, declara Nina. “Una buena foto provoca algo en mí; una emoción, el deseo de mirarla una y otra vez.
“Puede ser estéticamente agradable debido a su simplicidad, o contarle al espectador una historia a través de su complejidad. Todo el que mira una foto extrae una riqueza diferente en cuanto a experiencia, una historia previa y su propio mundo emocional, por lo que las fotos tienen efectos diferentes.
“En términos generales, para mí una foto solo funciona en su totalidad”, señala. “Cuantas más cosas encajan, más coherente se hace ese desencadenante emocional”.

Establecer un estilo
Aunque la mayoría de las fotografías arquitectónicas se centran exclusivamente en la geometría de los edificios, las imágenes de Nina muestran a menudo la interacción entre el entorno construido y las personas que lo habitan. “Los elementos arquitectónicos sirven más como fondo”, explica. “Forman el marco para mis protagonistas, ya que el factor humano desempeña un papel importante en mis imágenes.
“Por un lado, la gente ayuda naturalmente a ilustrar las proporciones, pero por el otro, y en el mejor de los casos, también pueden contarle al espectador una historia y dejar espacio para una interpretación personal.
“Mis fotos pueden hacerte pensar en nuestro papel en el entorno que nosotros mismos hemos creado. ¿Han hecho las personas un espacio en el que ya no encajan? ¿Es el hombre ahora demasiado pequeño para un mundo que él mismo diseñó?”

En su combinación de fotografía arquitectónica y callejera, Nina mantiene un enfoque purista en ambas disciplinas. “Algo que es importante subrayar es que mis trabajos son espontáneos”, señala. “Encuentro a mis protagonistas por casualidad en la calle y estas personas desempeñan un papel decisivo en mis imágenes.
“Esto se debe a mi profundo amor por la fotografía callejera. Las fotos montadas no me aportan nada; carecen de cierta autenticidad. Me gusta tener que trabajar duro para lograr algo que luego pueda mirar con orgullo”.
Gran parte de la producción de Nina se caracteriza por su presentación monocromática. “La fotografía en blanco y negro subraya la idea minimalista”, continúa. “He sido adicta a ello desde mis primeros días de fotógrafa: no hay nada que distraiga, todo se reduce a lo esencial”.

El mejor equipo para la fotografía arquitectónica
Nina concibe sus fotos para que se impriman, por lo que prioriza un gran tamaño del sensor para obtener un detalle máximo. “Para mí, el proceso solo termina cuando tengo en mi mano una impresión artística de alta calidad”, explica.
“Trabajo con cámaras de la serie X y del sistema GFX. Mi FUJIFILM X-H2 me cautiva por su compactibilidad, velocidad y la enorme resolución y calidad de un sensor APS-C. Cuando viajas mucho, intentas ahorrar cada gramo de peso, así que mi elección acaba a menudo siendo la X-H2”.
Cuando no está limitada por el espacio de las maletas, Nina cambia el X-H2 de 40,2 megapíxeles por un sensor GFX de 102 megapíxeles. “¡La GFX se ha ganado mi corazón! Es la jefa de mi bolsa de cámaras”, afirma Nina. “No hay nada como esa calidad de imagen vivificante cuando te pones a solo unos centímetros de una gran impresión en la pared y descubres los tonos, matices y detalles más pequeños.
“Esta es una pasión que hay que experimentar y vivir para entenderla. Utilizo una FUJIFILM GFX100S II y con esta cámara me siento realizada”.

Para maximizar sus opciones al encuadrar escenas en contraste, a la vez que se asegura de que aprovecha al máximo ese importante tamaño del sensor, Nina lleva una pequeña selección de lentes zoom para cada cámara.
“En ambos sistemas, actualmente solo utilizo lentes zoom”, señala. “Por un lado, esto me da la mayor flexibilidad posible, y por otro me permite mantener mi equipaje relativamente pequeño”.
Con una selección que va desde un ángulo ultra gran angular hasta un teleobjetivo en cada formato, a Nina le gusta mantener sus opciones abiertas cuando compone una foto. Trabajando con la X-H2, utiliza las lentes FUJINON XF8-16mmF2.8 R LM WR, XF16-55mmF2.8 R LM WR y XF50-140mmF2.8 R LM OIS WR. Para la GFX, se lleva la GF20-35mmF4 R WR, la GF32-64mmF4 R LM WR y la GF100-200mmF5.6 R LM OIS WR. “Con tres lentes por sistema, estoy totalmente equipada para satisfacer mis necesidades”, afirma.

En busca de un encuadre
Cuando busca un elemento de interés visual en zonas construidas, Nina prefiere trabajar de forma más instintiva, descubriendo temas que valgan la pena a medida que explora.
“Me gusta caminar espontáneamente por la ciudad y buscar fondos, patrones repetitivos o una situación con iluminación emocionante”, afirma Nina. “Especialmente en lugares desconocidos, me siento muy inspirada por lo extranjero y lo desconocido, y noto así circunstancias que pasaría por alto en casa en la vida cotidiana”.
Eso no quiere decir que no se necesite preparación. “A menudo encuentro mi entorno en edificios conocidos, así que investigo de antemano”, señala. “Cuando voy de viaje, suelo tener un plan en el bolsillo para ayudarme si mi creatividad se queda dormida o incluso me abandona. Estas fases ocurren. Después de un largo período de anticipación, finalmente llegas a tu destino y de repente te duelen los pies, hace demasiado calor o las fotos que has sacado hasta ahora no te satisfacen. Mi estado de ánimo puede cambiar rápidamente en esas situaciones”, se ríe.
“En casos como este, utilizo mi plan como guía y para saber qué lugar es susceptible de despertar de nuevo mi creatividad. Pero no pienso con antelación en qué foto se puede hacer allí, a partir de qué esquina de la plaza se creará o cómo debería ser exactamente el resultado. En relación con esto, me gusta ir a un lugar completamente imparcial”.

Una vez que una idea la ilumina, las técnicas de Nina para aumentar el impacto de un edificio implican maximizar su perfil en el encuadre. “Para potenciar el minimalismo de una escena, a menudo utilizo una representación sin bordes de la arquitectura, por lo que no se puede saber si un edificio termina en el borde de la foto”, explica. “El resultado es que el espectador se confunde inicialmente con las dimensiones y le resulta algo más difícil clasificarlas.
“Además, la alineación exacta de las líneas desempeña un papel importante. Intento evitar por completo la convergencia de verticales, que aparecen rápidamente en las fotos arquitectónicas, y eliminarlas en el posprocesamiento. Sin duda, este es un gusto personal, pero para mí el paralelismo de las líneas y la alineación correcta enfatizan el orden y la pulcritud de una escena.
“A veces también son las pequeñas cosas. Por ejemplo, cuando una línea termina exactamente en la esquina de la imagen encuadrada. Aunque no sea tan importante para el efecto de la foto, para mí personalmente es la guinda del pastel: siempre disfruto de detalles como ese”.

Colores y contraste
El evocador uso de reflejos brillantes y de sombras oscuras que hace Nina resulta un elemento básico de sus imágenes. “La luz y la sombra siempre son eficaces para dar a una composición profundidad y capas adicionales, y hacer que parezca más tridimensional”, señala.
Aunque ciertos tipos de iluminación son más favorables para este aspecto, en opinión de Nina cada cambio en las condiciones presenta una nueva oportunidad de capturar imágenes. “Cuando el sol es molesto, son las largas sombras de los edificios; cuando llueve, es un transeúnte con un paraguas”, señala. “Lo último que me preocupa en la vida es el tiempo que hace”.

Para su trabajo monocromático, las simulaciones de película de FUJIFILM ayudan a crear la estética deseada. “Siempre trabajo con una vista previa en color en la cámara, aunque mi trabajo sea en gran parte en blanco y negro. Realmente no sé explicar por qué”, reflexiona Nina. “Utilizo una simulación de película refinada ETERNA Bleach Bypass para obtener una mejor impresión de la escena en la pantalla”.
En la fase de edición, se realiza la conversión de las fotos en blanco y negro y el ajuste del contraste. “Esto forma parte de mi proceso de postproducción”, explica Nina. “Realizo mi edición final desde el archivo RAW con gran detalle. Soy obsesiva con el valor del tono y le doy mucha importancia a sacar el máximo partido a mi foto en la edición”.

En cuanto a un último consejo para aquellos interesados en la fotografía arquitectónica, Nina tiene lo siguiente que decir:
“La paciencia desempeña el papel más importante si no quieres conformarte con una fotografía mediocre. Con los años, he aprendido a lidiar con el hecho de que no siempre consigues lo que soñabas. Pero tienes que seguir insistiendo, volver a probar y, en algún momento, tus esfuerzos tendrán su recompensa”.